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Los saberes tecnoproductivos tradicionales en la comunidad Castillo jagua-perché

Artículo de autoría compartida entre Dariel Pino González y Ernesto Daniel Alejo Rubio. Sobre la necesidad de salvaguardar los conocimientos tradicionales como patrimonio cultural inmaterial, a la luz del Derecho Cubano.
Publicación n.º 16/23  | Compartido el abril 17, 2023

En toda sociedad existen conocimientos propios de cada ciudad, país o región que se mantienen con el pasar de los años transmitiéndose de generación en generación.

En estos conocimientos influyen aspectos sociológicos, históricos, culturales, entre otros; de forma directa en la interrelación de los individuos o grupos.

En nuestra provincia, Cienfuegos, ocurre de igual forma sin excepción en la comunidad Castillo Jagua- Perché, existiendo una rica y basta cultura de pesca, así como de platos propios del lugar. Como todo, posee una historia detrás que permitió a partir de la evolución y el tiempo, hacer una de las comunidades de la ciudad con mayor atractivo, sobre todo para los extranjeros y cubanos que deseen conocer y deleitarse con lo que allí se vive.

Antecedentes de la comunidad Castillo Jagua-Perché

El Castillo Jagua

El Castillo Jagua también es conocido como como Castillo de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, se encuentra localizada al oeste de la boca de la bahía de Cienfuegos. Fue construida por José Tantete en 1738 durante el reinado de Felipe V de España, casi un siglo antes que la ciudad de Cienfuegos, y construido en solamente 7 años, cuyo objetivo era proteger la zona de los ataques llevado a cabo por los corsarios y piratas, que usualmente pasaban por allí para refugiarse y en busca de agua, víveres y otras provisiones.

El fuerte está construido en sólida roca caliza, posee varias plantas, un aljibe, una torre de vigilancia y un foso que nunca fue inundado. Así mismo posee un puente levadizo en perfectas condiciones, siendo uno de los últimos que se mantienen aptos para su uso. Desde que la ciudad costera de Cienfuegos fue construida a finales de la segunda década del siglo XIX; su puerto, custodiado por la fortaleza, devino en uno de los centros más importantes de comercio, en la parte central de la isla de Cuba durante ese periodo de la colonia, y aun por estos días, sigue siendo un puerto imprescindible en la economía del país.

Durante el siglo XVII detuvo a filibusteros de la talla de Francis Drake, Jacques de Sores, Lorenzo Graff y otros no menos temidos en las aguas del Caribe; y en 1762 ocupó un lugar cimero en la historia de Cuba al servir como sede del mando militar español frente a la brevísima ocupación inglesa.

Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua

A más de dos siglos de ese acontecimiento fue inaugurado allí el Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, institución cultural donde a través de ocho salas los visitantes pueden conocer los antecedentes socio-económicos y el desarrollo histórico-constructivo que propiciaron el origen del inmueble. Además, se exponen objetos relacionados con la historia local, tales como: armas de la época, avíos de pesca utilizados por los pobladores de la zona, grilletes, cadenas y esposas, entre otras piezas de gran valor, que son evidencia material de los siglos XVIII y XIX.

Todavía en nuestros días, a más de un cuarto de milenio de la construcción de la fortaleza, algunos cienfuegueros alimentan en las noches sin luna la leyenda de la etérea dama vestida de azul mar. El Museo del castillo recientemente restaurado no sólo brinda visitas dirigidas, también ofrece servicios de información a través de su banco de datos, así como de actividades de animación cultural, cursos de apreciación y creación; y otras especialmente de gran interés para niños y jóvenes. Su visita es una experiencia indescriptible en esta hermosa ciudad de la isla caribeña.

Conocimientos tradicionales en la comunidad Castillo Jagua- Perché

Clima y especies locales

El clima en la localidad es igual que en el resto de la costa sur del territorio cienfueguero, tiene como características más notables el predominio de condiciones tropicales marítimas y la distribución estacional de las lluvias.

De modo habitual esta zona tiene una marcada influencia de dos períodos estacionales, uno lluvioso y otro poco lluvioso. La temperatura media anual oscila entre 24°C-26°C y las precipitaciones siguen una marcada estacionalidad con promedio anual de 1200-1400 mm. La flora está caracterizada por una vegetación de costa donde predomina la uva caleta, el mangle rojo, la llana y el patabán, en diferentes grados de conservación.

Está presente igualmente el soplillo, el guao de costa, flores silvestres y una vegetación marina abundante en algas.

Las principales especies de animales por la relación existente con la comunidad y las posibilidades económicas que ofrecen son las marinas, representada por abundantes especies de peces como: la manjúa, sardina, patao, morena, sable, jorobada, lisa, sábalo, jiguagua, cubera, guasa, pulpo, pargo, sierras y crustáceos, entre otras (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E. 2021).

Larga tradición de pesca

En Cienfuegos existe una larga tradición de pesca en las comunidades alrededor de su bahía y de la cultura tradicional, tal es el caso de la comunidad marinera Castillo de Jagua-Perché.

Estas familias son básicamente dedicadas a diferentes tipos de actividades relacionadas a la pesca, en la cual se establecen relaciones de consanguinidad extensa por lo numerosos que son sus núcleos y no solo en familia, sino que se extiende incluso hasta amigos o personas foráneas que se encuentren allí y deseen adquirir dichos conocimientos.

La comunidad marinera Castillo de Jagua y El Perché es fundamentalmente de pescadores, cuyas familias en su mayoría poseen descendencia de españoles fundamentalmente valencianos, canarios y mallorquines.

Crecimiento de la población

Con el paso de la construcción de La Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua por la metrópolis española con fines defensivos y de protección de los ataques de corsarios y piratas, esta joya arquitectónica militar, fue atrayendo un gran número de personas las cuales se fueron asentando a su alrededor a partir de la edificación de pequeñas viviendas de maderas y tejas mientras se levantaba la fortaleza; las cuales con el tiempo se han agrandando y perfeccionando en calidad de materiales y bienestar social. (Acevedo Rodríguez, C., Mendoza Soto, Y., & Soler Marchán, D. (2019).

Este flujo de mano de obra fue dando paso al crecimiento del asentamiento que pasó a identificarse con el nombre de “El Castillo”. Tras décadas, el acelerado crecimiento de la población posibilitó entre 1902-1930 en las comunidades objeto de estudio, el desarrollo de intensas actividades sociales y culturales como las corridas de pargo y de la albacora, las fiestas populares y patronales, los concursos de comidas marineras, así como las competencias deportivas en las cuales se encontraron inmersos los ancestros de los Devesa Herrera. (Acevedo Rodríguez, C., Mendoza Soto, Y., & Soler Marchán, D. (2019).

Todo ello propicio el surgimiento de una serie de actividades socioculturales relacionada enormemente a la actividad tecnoproductiva de la pesca, las cuales se originaron dentro de la familia marinera de allí y resultando así una tradición. Ello posee una gran importancia en la vida económica, ambiental y social como resultado de su interacción directa con el medio ambiente, a pesar de que en la actualidad siguen vigentes estas prácticas socioculturales, es cierto que cuando se llega al lugar se palpa que no se desarrollan con el mismo ímpetu como en sus inicios, lo cual ha traído consigo la disminución de personas.

La pesca como principal actividad económica

La pesca constituye la actividad económica primordial y esta a su vez repercute de forma directa en las estructuras sociales y en la organización fundamental del proceso de experiencias en la construcción de la tradición pesquera condicionada histórica y socialmente por las características del contexto marino – costero. Es por ello que se refleja un fuerte arraigo a la pesca y un profundo sentido de pertenencia, al pasar los años de generación en generación, contribuyendo no solo al desarrollo local, sino a la tradición e identidad de su comunidad al ser portadores de los saberes populares. 

Estas redes sociales de familia ocupan un lugar importante en la comunidad al tener como función social la continua interacción e intercambio como expresión de la actividad humana al producir, almacenar y distribuir conocimiento científico o tradicional por medio de la transmisión oral, desempeñándose como buenos actores sociales en beneficio de su comunidad, estableciendo así relaciones de reciprocidad y demostrando a su vez el rol y estatus que desempeñan. De esta manera se hace relevante la capacidad de la comunidad, como resultado de la actuación de estas redes para comprender la significación de su propio conocimiento. (García Dueñas, Roberto.2017).

Los conocimientos tradicionales

Los conocimientos tradicionales constituyen las bases del conocimiento de los individuos, los mismo surgen a partir del entorno intrafamiliar y el entorno local a través del proceso de socialización de los mismos en círculos cercanos donde se produce un aprendizaje de forma dinámica teniendo espacio mediante la práctica cotidiana, la formación experiencial de los sujetos. Desde esas prácticas el individuo expresa determinadas formas o modos de comportamiento que los sistematiza en el contexto social y la vida cotidiana. 

El saber tradicional representa una herencia de los antepasados, las formas tradicionales de transmisión de este tipo de conocimientos están íntimamente vinculadas a los conocimientos que se comparten entre los distintos grupos culturales. Ello es posible mediante la interacción entre los que ostentan los conocimientos y los que no los poseen, es fundamental para que se puede promover y preservar los conocimientos tradicionales y locales propios de la zona o región.

Saberes tecnoproductivos

Como parte del Conocimiento Tradicional, se encuentran los “saberes tecnoproductivos”, los cuales son “las producciones y relaciones de producción locales ajustadas a las formas dinámicas individuales y grupalmente de rendimiento sostenible, con el fin de elevar el nivel socioeconómico de la familias y con ellos de los pobladores, mediante la puesta en práctica de tecnológicas a favor del desarrollo, prestando una atención particular a la conservación, utilización racional de las herramientas y procesos productivos pesqueros vinculados a los ecosistemas, de donde se nutren por medio de la recontextualización sistemática a partir de la eficiencia de estos procesos tecnológicos”. (García Dueñas, Roberto.2017).

Los saberes populares de la comunidad El Castillo de Jagua como prácticas socioculturales se presentan como un significante social funcional que adquiere pluralidad de tipos y manifestaciones en los diferentes niveles de resolución donde se expresa: individuo, grupo, familia, comunidad, sociedad.

Su funcionalidad la determina la capacidad de inserción en los contextos en estrecha relación con motivaciones, hábitos, normas, gustos e intereses los cuales están atravesados por códigos, representaciones, valores y evaluaciones de forma sistemática, las cuales se realizan en los propios niveles de resolución. Ellas van a determinar los tipos de tecnologías comunitarias de pesca y el arte de pesca a emplear, presentándose como un conocimiento social y cultural, particular y colectivo (García Dueñas, Roberto.2017).

Esta comunidad pesquera se encuentra en una interrelación directa y estrecha con el mar de la bahía de Cienfuegos, situación de la cual pueden aprovechar la obtención de recursos naturales. Por ello han mantenido una identidad perdurable en el tiempo vinculada a la actividad tecnoproductiva de pesca, por lo que estas personas se caracterizan por ser humildes, sencillas, expresivos, etc. La gran mayoría de sus pobladores pasan su vida en el mar y sin este no sabrían que hacer toda vez que el mar y la pesca constituyen una forma de vida basada en la actividad pesquera como sustento familiar. 

Prácticas socioculturales

En la comunidad Castillo de Jagua se aprecia un proceso de prácticas socioculturales dirigidas en lo fundamental a la transmisión de los saberes los cuales se inician muy temprano hacia el interior de la familia y se realizan mayormente vinculados a la actividad económica de la pesca. 

La interacción sociocultural que se produce en la comunidad es individuo-individuo e individuo-grupo, pues los aprendizajes son preferiblemente personales. Los que enseñan consideran que es un deber y se enmarcan fundamentalmente en el criterio de que constituye este deber una tradición del grupo, y por lo tanto lo interpretan como una responsabilidad en el mantenimiento de la actividad económica en las nuevas generaciones. (García Dueñas, Roberto.2017).

La transmisión de los saberes es oral y se corresponde con los códigos, vocabulario, hablas populares de esa comunidad, lo que lo hace entendible y transmisible, al estar incorporados los saberes tecnoproductivos a la práctica cotidiana. La intención es informativa, acompañado de un lenguaje presencial o paralingüístico que se sustenta en una conducta que se cristaliza en la frase “míralo como lo hago”. (García Dueñas, Roberto.2017).

Aprendizajes formales e informales

Aprendizaje formal

Se aprecian aprendizajes formales e informales, el aprendizaje formal se realiza cara a cara y actividad económica individuo, todos consideran que es una manera eficaz de aprender los saberes populares y que la comunidad ha mantenido por tiempo esta manera de enseñar. El aprendizaje es familiar, la responsabilidad recae en el padre, tío o abuelo, depende del empoderamiento que alguno de ellos tenga en la familia. Este se realiza a través de la actividad pesquera, la confección de avíos de pesca y de embarcaciones pesqueras, así como al tratamiento de preparación del pescado. Por su parte, la madre participa en ocasiones en la enseñanza de la pesca, pero su labor fundamental es hacia la labor doméstica. Aunque se aprecia que hay un movimiento hacia la prioridad de la enseñanza de la madre y del tío. (García Dueñas, Roberto.2017).

Aprendizaje informal

Los aprendizajes informales son más colectivos y se dan de manera coherente en distintas actividades comunitarias sobre pesca, en actividades recreativas, en acciones informales como los paseos, en las narrativas de los pescadores y todos los imaginarios que alrededor de él se producen, de aquí se saca la experiencia requerida, que después se aplica en los saberes personales y posteriormente se socializan en otros grupos. Evidenciándose que el vecindario como colectivo juega un papel importante. (García Dueñas, Roberto.2017).

El reconocimiento de aprendizajes como costumbres

En las prácticas socioculturales se evidencia una fuerte tendencia entre los miembros de la comunidad al reconocimiento de los aprendizajes como costumbres y enuncian que este está determinado por, la permanencia de la familia en el contexto, la eficacia económica del pescador para la familia, los saberes y los conocimientos de la familia, el empoderamiento del pescador como conocedor y su reconocimiento comunitario, la familia como centro generador de conocimiento sistemático, el interés de la familia por trasmitir los saberes y conocimientos así como su interés por el aprendizaje eficaz de sus miembros y la necesidad de la continuidad de la actividad económica de la pesca para mantener la economía familiar. (García Dueñas, Roberto.2017).

Desde la perspectiva sociocultural se evidencia la dimensión querer-sentir como fundamental, pues ella condiciona procesos de construcción e interpretación de conservación de la naturaleza. Son conscientes de la necesidad de un conocimiento sobre el empleo y cuidado de la naturaleza y la necesidad de trasmitirlos en amistades y familia. La interacción sociocultural es individuo-individuo, individuo-grupo y refieren que es un sentimiento de las personas del mar querer y proteger la naturaleza. En las relaciones padre e hijo se trasmite de forma oral la necesidad de conservar el medio ambiente y se refieren a espacios específicos como Puntalón, Corona Sabaneta, Boca del Cañón, Trinidad, Yaguanabo, Río Hondo y Diego Pérez; espacios muy vinculados a su actividad pesquera los cuales se ven cada vez más reducidos. (García Dueñas, Roberto.2017).

Los pescadores de la comunidad conciben el cuidado del ecosistema como practica sociocultural, a través de una serie de acciones como es la transmisión a las nuevas generaciones de lo que no se puede dañar, la protección a lo que se desconoce, en especial a aquellos animales que no se comen, el eficiente empleo de carnada evitando el sobre uso de ella, soltar los peces pequeños y que no reúnen los requisitos para su consumo, el cuidado de aves que inciden positivamente en la bahía, no arrojar mallas al mar, fundamentalmente a los arrecifes, no tirar objetos y sustancias al mar, cuidar el fondo de los mares para mantener la pesca diaria, etc. 

Como parte de las expresiones de la tradición y de la experiencia de los saberes populares está, el conocimiento sobre los materiales que se emplean para las actividades tecnoproductivas y su valor en la relación hombre-naturaleza, demostrando su preferencia por la madera, especialmente el cedro y la caoba, para la elaboración de sus remos y cachuchas debido a su nivel de durabilidad, manipulación y mantenimiento. Existe una preferencia por el tibisí y el mangle rojo para elaborar avíos de pesca como las nasas y objetos de pesca. De igual forma, se evidencian aprendizajes de suma importancia para la pesca, vinculados con la utilización de tintes, colores de materiales y peso de los mismos, que garantizan una pesca más abundante, pues ellos permiten que los peces se confundan con espacios naturales sobre todo con los manglares. También utilizan el empleo de otras plantas como la caña brava y algunos “palos del monte” que les sirve de flotadores para los avíos de pesca y el barco.  (García Dueñas, Roberto.2017).

Poseen conocimientos tradicionales que han sido transmitidos de generación en generación como es por ejemplo las mareas, las cuales las utilizan además para determinar el tipo de pesca. Dentro de las más usadas como experiencias y como aprendizajes en la pesca se encuentra la llenante y la vaciante, la posición de viento, los colores del mar, la posición del mangle y los recursos marinos, la temporada de las especies, las profundidades, etc.   

De igual manera, utilizan como puntos de referencia, ubicación u orientación más empleados la boca del cañón de la bahía, el faro de Villanueva, las montañas más altas del Escambray, los montes costeros, los corales como la corona de Sabaneta y el caletón de Don Bruno. También emplean nombres de lugares marinos para indicar lugares de pesca, mencionan por su importancia la desembocadura del Río Arimao, Río Sabanita, Río Hondo, el cañón, Yaguanabo y el Puntalón. Es preciso plantear que en todos los casos hay una reducción del área de pesca y por lo tanto la actividad se concentra fundamentalmente en el conocimiento. Como se puede apreciar es significativo el lugar que ocupan los entornos en la selección e implementación de las actividades tecnoproductivas, por constituir conocimientos empíricos que, tanto en la práctica como en la interacción sociocultural, son definitorios para una eficacia económica que influye sistemáticamente en la calidad de vida del pescador. (García Dueñas, Roberto.2017).

Respecto al uso de los avíos de pesca tras el fin de su vida útil, existe una diversidad de respuestas vinculadas a su empleo individual o colectivo. Este fin está determinado no por el deterioro en sí, sino por su inutilidad en la pesca, los pescadores conocen esta actividad como chicote. Este significado está presente en todos los aprendizajes y en los más diversos niveles de desarrollo de las comunidades marineras. (García Dueñas, Roberto.2017).  

Con los avíos inutilizables los pescadores prefieren las siguientes prácticas socioculturales: las mallas se emplean para cercas, decoraciones de casas, hamacas, asientos, entre otros. También se emplean para elaborar otros avíos de pesca como las nasas, copos y viveros para peces. Las nasas de tibisí se queman o se emplean como elementos decorativos y asientos. Los barcos de madera se incineran hasta no dejar residuos de ellos. Los alambres de palangres se utilizan para amarrar las cercas y asegurar avíos de pesca. (García Dueñas, Roberto.2017). 

De igual forma, reutilizan las redes, chinchorros u otras mallas para afrontar fenómenos naturales como los ciclones, empleándose en proteger los techos, puertas, barcos y casitas de pescadores; también las usan para la confección de bolsos, jamos, vianderos incluso como depósito para guardar los chinchorros. Todos los integrantes de la comunidad señalan que los barcos no se hunden en cualquier parte de la bahía, sino en un lugar conocido con el nombre de banco de Jagua. Como se puede apreciar son innumerables los empleos de estos avíos y su reutilización, lo que implica un rasgo característico de la tradición y sus formas de expresión principal. (García Dueñas, Roberto.2017).  

Según los saberes tecnoproductivos de pesca de los pescadores de esta comunidad, la pesca puede dividirse por el momento en que se realiza, es decir, pesca de día y pesca de noche. Particularmente estos pescadores en la pesca de día, realizan diferentes tipos de pesca, entre las más empleadas se encuentran la pesca al curricán, la pesca del alto, la pesca de fondo y la pesca con chambeles. En cambio, durante la pesca de noche, las principales tipologías son la pesca de rabirrubias con “vuelo” y la pesca de fondo con “cobradas” para pargos generalmente. Dentro de los saberes tecnoproductivos de gran importancia que tienen los pescadores de la comunidad pesquera en pequeña escala Castillo de Jagua-Perché, se encuentran los relacionados con los cordeles para la desarrollar una pesca eficiente y “buena”, como plantean en su totalidad. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E. 2021)

Según los pescadores de la comunidad los cordeles se encuentran relacionados y varían a los dos momentos en que se realiza la pesca y en dependencia de las especies de peces a capturas, así como el peso de las especies y que mientras más bajo sea el número del cordel, más fino será este avío y viceversa. Para ellos, los cordeles que se emplean en la pesca de día al curricán de las pintadillas son los del número 12, en los serruchos se deben emplear cordeles de los números 15 y 18, y para el caso de los petos y serruchos muy grandes se usan cordeles número 30 o mayor. En el caso de la pesca del alto se usan los cordeles de estos mismos números, pero poniendo siempre más fino el último tramo de abajo para en caso de enredarse o trabarse en el fondo no se pierda todo el cordel. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021)

Teniendo en cuenta los saberes tecnoproductivos de estos pescadores, otro método de pesca de diversas especies es al curricán, la cual se puede realizar de dos maneras, una es cuando el barco está en marcha, y se lanza una línea de curricán, que consiste en 20 o 30 metros de alambre de cobre, alrededor de 5 metros de cordel, y una alambrada del tamaño de una cuarta en donde se coloca el anzuelo. Entre las principales agrupaciones o corridas que reportan los pescadores de esta comunidad se encuentran las de la biajaiba, la cherna criolla, el pargo criollo, el caballerote, la rabirrubia, el cibí carbonero y de cojinúa, aunque poseen saberes acerca de otras especies de peces. Según los saberes sobre la de pesca que tienen estos pescadores dichas corridas guardan relación con determinadas las fases de la luna. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021).

Otros de los saberes tecnoproductivos de la pesca que se encuentran en la comunidad Castillo Jagua- Perché es la pesca con chambell es una pesca de costa y de mar afuera en que utilizan alambre de cobre, cordel, anzuelos de número 8 y 9 y el plomo y como carnada emplean mayormente las sardinas; no obstante, esta práctica es una pesca masiva que influye en la disminución de los cardúmenes y en la reproducción de los mismos. También se aplica el chinchorro de arrastre es otra de las tecnologías empleadas para la pesca en mar afuera; en ella utilizan un chinchorro realizado con una malla calibrada que posee al final un copo con una malla selectora, pueden usarse una o dos embarcaciones, esta es una pesca masiva que influye negativamente en el medio ambiente, provocando la disminución de las especies de peces y plantas, así como en la reproducción. Aunque los pescadores plantean que le colocan una malla selectora para dejar escapar los peces más pequeños.

A través del estudio de caso al compañero Carlos Pérez, se constató que pone en práctica los conocimientos tradicionales expuestos en el escrito, y que a pesar de que el chinchorro constituye una tradición en la comunidad, existe limitación a esa actividad pesquera cuyo fundamento legal se encuentra en el artículo 25 de la Ley 129 de la pesca donde se prohíbe claramente el uso de tranques y chinchorros escameros de arrastre, así como de sustancias químicas o explosivas; excepcionalmente, el Ministro de la Industria Alimentaria puede autorizar el uso de tranques para la pesca comercial estatal en las corridas de alimentación de las especies Cibi y Cojinúa.  

En la comunidad también como parte de los saberes tradicionales los pescadores a partir de las interrelaciones sociedad-naturaleza, y hombre-mar que tradicionalmente se han manifestado, llevan a cabo buenas prácticas pesqueras las cuales están determinadas por los conocimientos trascendentes, los procesos culturales y de trasmisión de conocimientos tradicionales, la eficacia productiva, la necesidad de mantener la actividad económica y las relaciones de empleo y conservación del ecosistema. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021).

De esta manera se contribuye a la gestión de las pesquerías y facilita el cumplimiento de normas de conductas y contribuye al desarrollo responsable de la pesca en esta comunidad pesquera en pequeña escala y a la sustentabilidad de los recursos. Este conjunto de buenas prácticas no es más que principios y normas para la aplicación de prácticas responsables en el ejercicio de la pesca basada desde los conocimientos y acciones prácticas. Dichos principios y normas de estos pescadores han sido creados por ellos mismos dada la gran experiencia que tienen en esta actividad económica, son voluntarios y se trasmiten y ponen en práctica durante la realización de la pesca y contribuye a la mitigación de los problemas la actividad pesquera y a la sustentabilidad de los recursos. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021).

De igual manera los pescadores de la comunidad organizan encuentros con las administraciones de la pesca y Capitanía del Puerto para la búsqueda de consenso de otorgamiento de materiales para el mejoramiento de las embarcaciones; aplican técnicas de conservación a los botes a partir de recursos naturales y resinas existentes en estos; el calafateo sistemático y eficaz de las embarcaciones; y la adopción de las medidas necesarias para el desarrollo de las pesquerías dentro de la bahía como en mar afuera.

Además, se transmiten conocimientos como la pesca a cordel y bote, las corridas de pesca entre los que pueden encontrarse la corrida del pargo y La corrida de la albacora como actividades de gran trascendencia sociocultural. Para ello hay que tener en cuenta las épocas del año entre las que están los meses de mayo y diciembre, donde la pesca mayormente es en la noche por varios días.

En la actividad de pesca al igual que los hombres participan en ella, por lo que no hay distinción de género, lo que sí se puede resaltar que varía la sistematicidad con que la realizan debido a que estas solo pueden en sus tiempos libres toda vez que deben realizar las tareas del hogar.

Otra práctica sociocultural destaca la elaboración de alimentos a partir de peces y mariscos. Esta práctica se desarrolla en el espacio doméstico y está relacionada con la exhibición de tales alimentos elaborados, que, como otra práctica sociocultural, se desarrolla en la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021).

La elaboración de dichos alimentos es desempeñada por ambos géneros de igual forma, entre los alimentos elaborados se distinguen gran variedad de mariscos y pescado como arroces con pescado, pescado fritos, en ruedas, fileteados, rellenos y enchilados, que han sido elaborados tanto por hombres como por mujeres de la comunidad.  Así el disfrutar y degustar los productos marineros a partir de su elaboración, es una práctica que provee a la comunidad valores estéticos desde su decorado. 

Estas festividades se realizan una vez al año con la participación de los miembros de la comunidad y de personal foráneo además de la comunidad El Perche, la CEN y zonas aledañas además de espectadores y los competidores. (García Dueñas, R. Y., Soler Marchán, S., & Castellanos González, M. E.2021).

Protección jurídica de los conocimientos tradicionales

En nuestras legislaciones actuales podemos percibir una protección al patrimonio inmaterial, toda vez que las legislaciones antecesoras tanto de autor como de patrimonio se quedaban fuera, sin ningún tipo de protección jurídica. Nuestro país es signatario de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural, de ahí que se lleven a cabo modificaciones legislativas para estar acorde con ello y además brindar la protección que conlleva el patrimonio cultural, sobre todo el inmaterial, de lo contrario existe el riesgo de que se pierdan todos los conocimientos y tradiciones que caracterizan a una zona o región.

En esta Convención se establece claramente en su artículo 1, que uno de sus objetivos es proteger el patrimonio cultural inmaterial, así como el respeto de dicho patrimonio de las comunidades, grupos e individuos. Posteriormente en su artículo 11 refiere sobre las funciones de los Estados Partes para velar por el cuidado de este patrimonio; en su artículo 12 sobre el inventario, el cual es sumamente importante para identificar el número de conocimientos, tradiciones, etc, a proteger; y en su artículo 13 refiere otro grupo de medidas para la salvaguardia como por ejemplo fomentar estudios científicos, técnicos y artísticos para su salvaguarda. Luego a partir del artículo 16 hasta el 18 está referido a la salvaguarda en el plano internacional, en nuestro caso por ejemplo se ve reflejado con proyectos que realizan en distintas ciudades de España donde se realizan conferencias sobre nuestro Castillo Jagua y las tradiciones que circundan sus alrededores.

Podemos resaltar que en nuestra ya derogada Ley No 14 de derecho de autor quedaba excluida la salvaguardia del patrimonio inmaterial por lo que solo se reconocían otro tipo de obras como es la folclórica, como de igual forma es el caso de la Ley No 1 del patrimonio, que solo reconoce la protección a aquellos bienes que se encuentren inscritos en el registro del Ministerio de Cultura, expresándose en favor de la protección de los bienes materiales solamente, dejando un vacío para otras tradiciones culturales e históricas que se desenvuelven en el ámbito inmaterial 

Con todas las modificaciones legislativas que ha sufrido el país, se ha aprobado el Nuevo Proyecto de Ley del Patrimonio y de Derecho de autor donde se puede observar la protección al patrimonio inmaterial.

En el caso del Proyecto de Ley del Patrimonio a pesar de hacer referencia a lo relacionado con el patrimonio inmaterial en una serie de artículos como el 4, 6, 8, 20, entre otros, dicho patrimonio se protege en el Capítulo III de Patrimonio Cultural de la siguiente forma:

En su artículo 33 se señala que el Patrimonio Cultural comprende las manifestaciones culturales inmateriales y los bienes culturales muebles e inmuebles, en el 34 que las manifestaciones culturales inmateriales y bienes culturales muebles e inmuebles, se reconocen legalmente como Patrimonio Cultural a través del inventario, y que surte efectos legales a partir de su inscripción en el Registro Central de Patrimonio Cultural y Patrimonio Natural. 

Por su parte en el 35 establece que son aprobadas como Patrimonio Cultural Inmaterial pueden ser incluidas en la Lista de Salvaguardia Urgente, que incluye las manifestaciones que corren riesgo de desaparición; y la Lista de Buenas Prácticas, que incluye los programas, proyectos y actividades relevantes para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. 

Se ve fácilmente como el nuevo proyecto de ley recoge a lo largo del mismo los aspectos que se consideraron importantes a la hora de ofrecerle una protección jurídica al patrimonio inmaterial en este caso específicamente.

Conclusiones

Mediante lo expuesto en la presente investigación se puede concluir que los conocimientos tradicionales son fundamentales para la comunidad pesquera, toda vez que se transmiten de forma oral empleando, el vocabulario marinero, las interpretaciones sobre los entornos y contextos socioculturales y poseen un sustento familiar. Se pudo también constatar que los saberes populares más enunciados por su práctica sociocultural y expresiones comunitarias son: la pesca al cordel, pesca con atarraya, con chinchorro y con redes, la pesca con nasa y la pesca con palangres, y son producidos, conservados y empleados por sus propios dueños, empleando técnicas artesanales.  

Los saberes populares forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la comunidad Castillo de Jagua, por ser prácticas socioculturales empíricas trascendentes, que se transmiten de generación en generación y forman parte de las vidas cotidianas de los pescadores, que han encontrado en cierta medida una protección jurídica que contribuya a que se conserven estas tradiciones. Las cuales deben ser socializadas para aportar también la conservación de los recursos costeros que interviene en esa relación sociedad – naturaleza.

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Universidad de Cienfuegos. Facultad de Derecho. Cuba

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